El pasado día 28 de enero, y en no pocos lugares de Canarias, tuvimos ocasión de disfrutar de un fenómeno que no deja de sorprendernos por su vistosidad estética: la inversión térmica en cotas bajas o nieblas de advección.
Cuando el sol empieza a declinar y se acercan las horas nocturnas, la capa húmeda del alisio en contacto con el océano, se manifiesta, formando una curiosa extensión de nubosidad estratificada a una altura significativamente baja.
Como apreciamos en la imagen que ilustra la presente fotonoticia, la capa fresca del alisio se sitúa, aproximadamente, a unos 320 metros sobre el nivel del mar, pudiendo descender aún más o incluso, en situaciones de advección cálida continental como la que nos afectó el 28 de enero, los procesos de condensación pueden llegar a desaparecer. La presencia de aire cálido se coloca en una capa superior a la del alisio «oprimiéndola» e impidiendo el ascenso de ese mar de nubes, propio del alisio, y que significa el gran termorregulador de nuestro clima.