Del 5 al 13 de enero de 1999
XX aniversario del temporal de enero de 1999
Un episodio de viento, oleaje, calima y lluvias, y posterior borrasca del norte para la historia.
La Gomera
Este importantísimo episodio rompía una vez más el mito de que ya no había temporales como los de antes (exceptuando enero de 1979, abril de 1977, febrero de 1971 o febrero de 1989). Si obviamos a la tormenta tropical Delta, estamos ante el temporal de viento más importante y más dañino de los últimos 40 años. En realidad, fueron dos episodios correlativos y de naturaleza distinta.
Los primeros días del año comienza a gestarse una baja presión muy pronunciada, con elementos tropicales al sur de las islas. El punto álgido del primer episodio inestable fueron los dos días siguiente al día de Reyes. Sinópticamente, la baja se presentaba en los mapas de presión con sus isobaras muy juntas, existiendo un pronunciado gradiente barométrico, con vientos de componente este y sureste sobre Canarias, es decir, soplando desde el continente, provocando uno de los temporales de vientos del este más severos que han ocurrido en las islas. En capas altas, había la presencia de una bolsa de aire muy fría.
Las consecuencias de la furia del viento y el mar fueron muy importantes en las infraestructuras. Los chaparrones tuvieron carácter concentrado, tanto en tiempo como en espacio, de forma que en algunos lugares la precipitación era intensa y descargaba gran cantidad en poco tiempo, mientras en otras zonas próximas a las anteriores no se registraban precipitaciones. Fue llamativo el preludio, la densa calima, que aparecía por el horizonte como una gran bola roja, que deslumbró a los canarios el día de Reyes de 1999. Casualmente también el día de Reyes del 2001 volvimos a ver ese llamativo fenómeno de la calima roja. La visibilidad se redujo a 300 metros.
El viento del este y sureste que trajo la calima llegó enfurecido alterando el oleaje en todas las islas. Sólo en Santa Cruz de Tenerife, quedó destruido el paseo de San Andrés, gran parte del Muelle Sur, el muelle de la Facultad de Ciencias del Mar, el de la Escuela de Vela y el Parque Marítimo. 93 vehículos cayeron al agua en los aledaños del puerto de Santa Cruz. En Las Palmas de Gran Canaria el temporal destrozó el Muelle Deportivo y el Hierro, el Parador Nacional de Turismo. (Fuente: Historias de Canarias Juan Carlos Mateu / María Doménech).
Ese señalado día un rayo alcanzó e hirió a un joven en el barrio de San Andrés (Santa Cruz de Tenerife) y se produjeron, por el mal tiempo, cuatro accidentes de tráfico en las carreteras tinerfeñas. Ese mismo día comenzó a nevar sobre las 13.15 horas en Izaña
El 7 de enero vuelos desviados y cancelados, comunicaciones marítimas suspendidas, daños en los puertos, cortes y altibajos en el suministro eléctrico, árboles derribados y visibilidad muy reducida son algunos de los efectos causados por el temporal. la llegada de vientos del sureste con calima y polvo en suspensión, ha mantenido a la borrasca aislada a gran altura, pero provocando la caída de fuertes lluvias en zonas del Norte y sur de las islas, a los que acompañaba con intervalos, ráfagas fuertes de viento y lluvias, que trajeron de cabeza a los servicios de emergencia. Las carreteras del norte de Tenerife y Gran Canaria ofrecieron una imagen desgarradora con decenas de árboles caídos.
Las precipitaciones fueron intensas en La Palma, donde se han alcanzó los 190 litros por metro cuadrado en El Paso (La Palma) y en Tenerife, llegando a caer 185 litros por metro cuadrado en Santa Úrsula, 177 mm en Puerto de La Cruz, y en Izaña donde la precipitación en forma de nieve se situó en 110 mm, alcanzándose el medio metro de espesor. También en Gran Canaria a citar los 140 mm en 24 horas en Firgas y 219 mm en Las Lagunetas.
Tabla de precipitaciones dia 7 de enero de 1999
El día 8 el temporal de mar golpea Santa Cruz de La Palma de manera especialmente violenta. Comercios, aparcamientos, coches destrozados, más de 30 y viviendas, garajes y locales anegados por el agua es el balance provisional de un temporal de mar embravecido que con olas de gran dimensión, más de siete metros, que invadió la totalidad de la Avenida Marítima de Santa Cruz de La Palma.
Santa Cruz de La Palma
200 metros del muelle de Los Mármoles en Lanzarote fueron destruidos. En el Puerto de la Cruz el municipio donde se produjeron los mayores daños en Tenerife, al recogerse una media de 177 mm en 16 horas de lluvias ininterrumpidas que causaron, además, inundaciones en varios puntos de la ciudad. Canarias es un reguero de daños. No hay municipio que se libre: refugios pesqueros, paseos marítimos, comercios, coches y viviendas. Un paisaje de desolación. La imagen de la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria era de poema, con su muelle deportivo muy afectado, las palmeras caídas en Bravo Murillo, el caos circulatorio, las cristaleras rotas.
El muelle de Playa de Santiago (La Gomera) se partió en dos y el parador Nacional del Hierro, queda hecho añicos. El 30 % de la superficie cultivada del Valle de Aridane ha quedado dañado por el temporal. Más de 2.000 millones de pérdidas en la capital palmera.
El día 9, La lluvia y el viento que azotaban el Archipiélago comienzan a amainar dejando tras de sí cuantiosas pérdidas en todas las islas, que en el caso de la agricultura fueron cifradas en más de 50.000 millones de pesetas.
¿Qué ocurrió?
Todo comenzó con la profundización entre los días 5 y 6 de una borrasca situada frente a las costas gallegas. Surcando entre el anticiclón de Azores y el existente en el Mediterráneo se canalizaron los vientos hacia Canarias con un claro rumbo S-SW, que terminaron rolando al SE.
La fuerte depresión que se aisló del flujo general y empezó a revolotear sobre las Islas. Se encuentra con una calima, procedente del Sáhara, muy densa y con unos vientos del Este y sureste que superaron los 100 kilómetros hora. La baja es muy profunda, 1.008 milibares, cuando lo habitual es que sean de 1016 o de 1.020.
Estamos ante el choque del aire cálido, con calima, procedente del continente africano, con una borrasca del Atlántico. En estos casos, el aire cálido y húmedo que proviene de las capas bajas de la atmósfera sube hacia la cima de la nube. La velocidad es tan grande, que las gotículas no tienen tiempo de alcanzar un tamaño apreciable. Por el contrario, al llegar cerca del suelo, el aire frío se extiende y encuentra al aire cálido y húmedo que alimenta la nube y se forma un pseudofrente frío que refuerza aún más la corriente ascendente. La consecuencia es una tormenta muy severa. que se mueve, llegado el caso, a lo largo de centenares de kilómetros. Es en pocas palabras la explicación meteorológica de uno de los episodios de viento, calima y lluvias que se recuerdan. Innumerables daños, centenares de árboles caídos, 12 heridos en las islas, aunque se recibieron 4.618 llamadas al 112. Las pérdidas en las infraestructuras portuarias por el embate del mar fueron superiores a los 175 millones de euros (Marzol et al., 2005). Nunca antes lo fue tanto.
Fíjense la envergadura de la depresión en la imagen del día 7
Pero esto no es todo. A partir del día 11 comienza un nuevo capítulo de aquel inolvidable enero de 1999. Una nueva borrasca traería nieve y granizo. Justo ese día Mariano Rajoy, como Ministro de Administraciones Públicas, viajó en helicóptero a los puertos de Playa Santiago y San Sebastián de La Gomera, Santa Cruz de Tenerife y Las Palmas de Gran Canaria y no se mostró partidario de que el Archipiélago sea declarado zona catastrófica.
Esta vez una borrasca situada en el Golfo de Cádiz desciende de latitud hacia las islas inyectando aire muy frío de sinóptico norte. En Santa Cruz de Tenerife el día 11 se miden 34 mm, pero una gran parte en forma de granizo, vistiendo tanto la ciudad como San Cristóbal de La Laguna de blanco. La granizada cubrió también los barrios altos de Santa Cruz de Tenerife, como el de La Salud, a partir de las 19 horas, donde las calles quedaron cubiertas de un granizo con toda la apariencia de nieve. La temperatura en la capital, con mínimas de 10 grados centígrados, ha sido la más baja en los últimos 33 años. La nieve llegó hasta las inmediaciones de los barrios orotavenses de Benijos y Aguamansa.
San Cristóbal de La Laguna, día 11. Foto Santiago Delgado
La prensa no perdió la ocasión para el despropósito
Para la historia…