EL CONTEXTO HISTÓRICO
En 1919, la mitad de los habitantes de Canarias eran analfabetos y la tasa de mortalidad infantil doblaba la de los países más pobres de hoy, y muchas medidas tomadas para contener la epidemia de la mal llamada gripe española, recuerdan a las actuales. En España se cerraron universidades y escuelas y se controló el transporte ferroviario, con cuadrillas que desinfectaban los trenes para contener la expansión del virus. Pero también hubo reticencias por parte de algunas autoridades locales. El alcalde de Valladolid se resistió a cancelar las fiestas en septiembre, temiendo las pérdidas para los negocios de la ciudad. La neutralidad de España en la Primera Guerra Mundial, hizo prosperar la economía como “granero” y fábrica de Europa, pero en 1919 la quiebra de los bancos llevó al país a una situación de hambruna. El deterioro de la situación política y social derivaría en la llegada de la dictadura de Primo de Rivera, en 1923.
La pobreza y el hambre conducen a una búsqueda desesperada de sustento, constatando una realidad histórica innegable: la Humanidad siempre ha emigrado. Y es lo que hacían los canarios desde principio del siglo XX, arribando, principalmente, a la isla de Cuba y a Venezuela, donde han dejado un importantísimo legado cultural. La situación en las islas era un desastre en todos los aspectos: sanitarios, económicos, educativos y sociales.
En lo que no pensaban los emigrantes canarios en septiembre del 1909, fue en lo siguiente.
EL HURACÁN
Lo llamaron el huracán de los Cayos, y supuso un triste capítulo para los canarios que buscaban una vida mejor lejos de las islas: 408 isleños fallecieron, a consecuencia de tan virulento fenómeno meteorológico, lejos de su tierra.
El día 17 de agosto de 1919, arribó a Gran Canaria el Valbanera, un buque moderno para la época, aunque con sus limitaciones y su sistema de división de clase. Embarcaron 251 pasajeros. El 18 de agosto otros 212 nuevos pasajeros subieron a bordo en Santa Cruz de Tenerife. Antes de cruzar el Atlántico, el día 21 del mismo mes, otros 106 emigrantes se unieron al pasaje en Santa Cruz de La Palma. Prácticamente todos eran canarios, en busca de una nueva tierra que les diera prosperidad. Aparte de los canarios que emprendían la aventura hacia una vida mejor, aproximadamente otros 600 pasajeros viajaban desde la península.
Tras atracar primero en San Juan de Puerto Rico, el Valbanera se dirigió a Santiago de Cuba, puerto en el que atracaría el 5 de septiembre. Allí se quedaron en tierra 742 afortunados. Entre estos pasajeros, 27 eran vecinos de Teror. Las 488 personas (405 canarios) restantes, que sí embarcaron rumbo al puerto de La Habana, jamás volverían a tierra. El 9 de septiembre, el capitán del Valbanera solicitaba la entrada a La Habana, pero la respuesta que recibió fue que estaba cerrado por un ciclón.
¿QUÉ OCURRIÓ?
El mismo día 5 septiembre, el Valbanera zarpa hacia La Habana.
¿Sabía el capitán Cordero que se estaba formando un huracán en el Golfo? Probablemente no, porque los métodos de predicción meteorológica de la época no se asemejaban, ni remotamente, a los actuales.
El huracán se detectó primero en las pequeñas Antillas, el 2 de septiembre de 1919. Su trayectoria, atípica, fue con rumbo oeste-noroeste, alcanzando la República Dominicana y las Bahamas, donde, ya convertido en un huracán de categoría 4, alcanzó un mínimo de presión barométrica de 928 milibares. El centro de la tormenta llego a los Cayos de Florida el 9 de septiembre, y continuó con una trayectoria oeste-noroeste, sin efectuar el típico giro al norte y después al nordeste, habitual en los huracanes. Se “empotró” en la ciudad de Corpus Christi, provocando inundaciones nunca vistas y daños terribles. Cerca de Dry Tortugas un buque apreció una presión de 927 milibares, haciendo de él uno de los huracanes más duros que alcanzaba los Estados Unidos.
El temporal azotó la costa norte de Cuba durante la noche del 9 al 10 de septiembre, es decir, cuatro días después de que el Valbanera hubiera salido del puerto de Santiago. Parece poco probable, asimismo, que el capitán Ramón Martín Cordero tuviera información, en ese sentido, de las autoridades portuarias cubanas. De haberlo sabido, resulta lógico pensar que hubiera preferido permanecer con el buque amarrado a puerto. Las pérdidas en La Habana fueron enormes. Murieron 800 personas (después se dijo que posiblemente más de 1000 solo en tierra), más de 500 desparecidos en los diez barcos que se hundieron durante tormenta, entre ellos el Valbanera. Los vientos sostenidos alcanzaron las 110 millas por hora, y los daños materiales alcanzaron los 22 millones de dólares de la época. Fue el único huracán de aquel año 1919.
La historia trágica del Valbanera, es la lucha de un buque contra los diabólicos acontecimientos meteorológicos de un huracán, que hoy perfectamente podríamos clasificar como de grado 5. El capitán intentó dirigirse al norte, hacia los Cayos de Florida para salvar al pasaje y a la tripulación, pero la embarcación estaba justo en centro de la vorágine, y terminó embarrancado en las arenas movedizas de la costa cubana, en una zona muy próxima a Florida. Zozobró y se escoró sobre el costado de estribor, completamente abatido por las olas embravecidas. El hundimiento fue cuestión de minutos.
El día 19 de septiembre, el cazasubmarinos de la US Navy US SC vislumbra algo que sobresale del agua. Inmediatamente observa que del agua sobresale el palo trinquete de un vapor y dos pescantes de botes salvavidas. Tras casi diez días de búsqueda, el Valbanera había sido encontrado.
Y allí sigue 102 años después. Un pedacito de nuestra historia que debemos mantener viva, por todos aquellos canarios que tanto se merecen el homenaje de muestra memoria.
BIBLIOGRAFÍA Y FUENTES
- López Isla, Mario Luis y Vázquez Seara, Esther Lidia. Valbanera. El Titanic de la emigración canaria (en la prensa de la época). Santa Cruz de Tenerife (2000)
- Diaz Lorenzo, Juan Carlos. La Palma, escala en la ruta de América. Madrid (2001)
- García Echegoyen, Fernando. El misterio del Valbanera. Madrid (1997)