16 y 17 de noviembre del 2009
Aluvión del Valle de La Orotava y Barranco de San Felipe (Tenerife)
Foto: Omar García
Lo que en un principio era un aviso amarillo por fuertes lluvias, devino en numerosas carreteras cortadas, vías anegadas, desprendimientos e inundaciones en calles y casas. A partir de las 19 horas del lunes 16 de noviembre de 2009, se declara la situación de Emergencia Nivel Uno de Ámbito Insular. El temporal de lluvia que azotó la comarca del norte de la isla de Tenerife, arroja una larga lista de incidencias y siniestros de la cual, por fortuna, no hubo que cuantificar daños personales. El Valle de La Orotava fue la zona en la que la lluvia cayó con mayor virulencia. Entre las estampas más tristemente singulares que nos dejó el temporal, cabría citar la del Barranco de San Felipe, en el municipio de Puerto de la Cruz. Alrededor de media docena de coches fueron arrastrados por el lodo y las piedras, mientras que Playa Jardín quedó prácticamente “desaparecida”, bajo toneladas de escombros.
En la zona de La Montañeta (municipio de Los Realejos), muchos vecinos contemplaron con impotencia como sus automóviles eran arrastrados por el lodo y el fango que llevaban los barrancos. En Icod el Alto se produjeron múltiples desprendimientos de muros en calles y caminos rurales y algunas carreteras quedaron obstruidas por la caída de piedras. Además, varias familias debieron ser desalojadas y pasaron la noche en dos centros escolares, habilitados para responder a la inesperada emergencia.
Sobre las 19 horas del 16 de noviembre, un operativo trabajaba en el rescate de un cabrero atrapado en el Barranco de Godínez, en las inmediaciones de la Rambla de Castro. La situación de caminos y viviendas, anegadas por la lluvia, era catastrófica y según testimonio de algunos vecinos, habría que remontarse 40 años para encontrar un escenario de similares características. Este desolador panorama se repetía en lugares como Palo Blanco o La Zamora.
Todo lo hasta ahora descrito, ha sido extraído tras consultar la hemeroteca, y un episodio de inestabilidad tan localizada como el que aquí analizamos, se lo “debemos” a un frente frío que el relieve disparó de forma acusada. Dicho frente estaba asociado a una baja en superficie situada en las Islas Británicas, con un largo y potente brazo frontal:
El frente frío, avanzó lentamente hacia el Este, afectando desde primeras horas de la mañana a la isla de La Palma y a primeras horas de la tarde a la isla de Tenerife. Al oeste, una vaguada (núcleo frío de -19ºC a 500 hPa) asociada a la baja británica, soportaba el robusto frente. El frente en todos los niveles va ganando poder convectivo desde La Palma. El aparato eléctrico empieza a generarse a las 16 horas de ese lunes, 16 de noviembre. La tormenta se expande y llega hasta la dorsal de La Esperanza. Las condiciones adversas del norte de Tenerife, comienzan a las 14 horas y se mantienen durante horas, dejando el Valle de La Orotava en una situación de caos. La naturaleza estacionaria de la nubosidad y la colaboración de las rampas orográficas del Valle de la Orotava, son las claves del forzamiento dinámico y de la torrencialidad. Factores como las brisas y el calentamiento diurno, también aportaron elementos, aunque fue, sobre todo, el papel del relieve el que desencadenó la intensidad de las precipitaciones. Es un caso de libro.
Por la noche, el frente llega a Gran Canaria generando, debido a los altos índices de cape (energía potencial convectiva disponible), una imponente tormenta sobre la capital grancanaria. Se recogen hasta 43 mm en 30 minutos en la zona de Triana. El día 17, durante la tarde y la noche, los efectos del frente frío se dejaron sentir en Fuerteventura y Lanzarote, mientras en las islas occidentales la descarga fría fue muy eficaz, con lluvias que llegaron a los 100 mm en Tenerife.
Fotografía: Diario de Avisos
A partir de esta fecha, en especial los 24 primeros días de diciembre, una serie de frentes barren las islas, en una temporada de borrascas inusual en las islas.
Mirando al pasado, esta riada nos trae a la memoria el aluvión de noviembre de 1968, prácticamente en la misma zona y por razones similares, con una diferencia de 41 años (26 de noviembre de 1968). Aquel temporal, de final de la década de 1960 del pasado siglo, destruyó 40 viviendas, la mayoría en los márgenes del Barranco de San Felipe. Una persona fallecida. Muchos daños en municipios del norte, con calles y casas inundadas, carreteras cortadas, derrumbes y cortes eléctricos. El acceso a Punta Brava quedó cortado, se hundió parte de la Calzada de Martiánez y las playas portuenses (Fuente: Bruno Juan Álvarez Abreu).
Las aguas socavaron los cimientos de muchos edificios de la barriada de Carlos Arias Navarro, en la zona del margen derecho del Barranco de San Felipe. Tres bloques de viviendas fueron desalojados totalmente. Aquel día (26 de noviembre de 1968), se contabilizaron 216 mm en La Orotava.
Fotografia: Ayuntamiento de Los Realejos