Aniversario de los incendios forestales de Gran Canaria de Agosto de 2019

El 80 por ciento de las 10.000 hectáreas de terreno que fueron arrasadas  por los grandes incendios forestales durante el mes de agosto del 2019 en Gran Canaria, ya se han recuperado a nivel paisajístico

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ANIVERSARIO DE LOS INCENDIOS FORESTALES DE GRAN CANARIA DE AGOSTO DEL 2019.

TORMENTAS DE FUEGO

 

Imagen general de los incendios forestales
Fotografía desde Arucas de Efemérides Meteorológicas Canarias

 

El 80 por ciento de las 10.000 hectáreas de terreno que fueron arrasadas  por los grandes incendios forestales durante el mes de agosto de 2019 en Gran Canaria, ya se han recuperado a nivel paisajístico, mientras que en el 20 por ciento restante, se observan todavía señales del paso del fuego. Las zonas de pastizales se han repuesto en unos meses, los matorrales tardarán unos años y la gran mayoría de la superficie del Pinar de Tamadaba está recuperada.  Esto fue lo que el jefe de Emergencias del Cabildo de Gran Canaria, Federico Grillo, declaró al cumplirse un año del comienzo de aquel infierno forestal que, durante casi 20 días, tuvo en vilo a la isla de Gran Canaria.

Los tres incendios, especialmente el último, hizo desplegar el mayor dispositivo de emergencias en las islas Canarias jamás conocido. Ardieron 9.200 hectáreas en un perímetro de 80 kilómetros, siendo el mayor incendio forestal en todo el territorio nacional desde el verano del 2012 y el segundo en las islas, tras el desastre medioambiental de 2007 en Tenerife y Gran Canaria. Más de 10.000 personas tuvieron que abandonar sus hogares en 70 caseríos de 10 municipios. El fuego se ensañó con la Gran Canaria verde, las medianías y cumbres del norte y la hecatombe ecológica fue monumental. En el Parque Natural de Tamadaba, uno de los pinares mejor conservados y bellos de Canarias, reserva de la biosfera y paraje recientemente elegido Patrimonio Mundial en la que 160 especies endémicas se han visto amenazadas.

 

El día 18 de agosto, Federico Grillo, Jefe de Emergencia del Cabildo de Gran Canaria, entero, pero emocionalmente roto, casi se rinde. Sus declaraciones reflejaban la impotencia y la virulencia de un fuego voraz e infernal: “el ser humano no es capaz de enfrentar tormentas de fuego como las que estamos teniendo». Con buen criterio decidió dejar arder controladamente un 30 por ciento de la joya de la corona: el Macizo de Tamadaba, evitando así el riesgo para las vidas humanas, con llamas que superaban los 50 metros de altitud, y reunir los esfuerzos para proteger la mayor reserva de pinos de la isla, al sur de Tamadaba: el Pinar de Inagua.

Las “tormentas de fuego” son un fenómeno relativamente nuevo. Están ligadas a la emergencia climática y provocan incendios forestales fuera de capacidad de extinción. Se entiende que es aquel que, conforme a las previsiones de los técnicos, estará varios días fuera de control humano. Se trata de grandes incendios forestales (GIF) en situaciones muy adversas de ignición.

Es decir, ni medios aéreos ni terrestres pueden controlar las llamas y solo cabe esperar a que el incendio llegue a un punto en que se acabe el combustible, que es fundamentalmente pino canario. Igualmente, habría de esperar a un cambio en las condiciones ambientales, fundamentalmente, viento y humedad.

Esto es lo que ocurrió aquellos días en Gran Canaria.

los barrancos actúan como un factor de propagación, árboles altos en llamas a favor de la pendiente y el aire caliente, cargado de gases, se suma al “combustible” del pino canario y matorral. Las lenguas de fuego han alcanzado los 50 metros de altura y la montaña es una trampa de humo.

Por otro lado, están las condiciones ambientales. Fundamentalmente, hay tres factores cambiantes que son determinantes en la evolución de un incendio forestal: la temperatura, la humedad/lluvia y el viento. Y se estaban dando las condiciones para una “tormenta perfecta”.

También se habla de incendios de sexta generación, como los de Portugal en 2017 (es pronto para calificar así el de Gran Canaria), y son aquellos que liberan tal nivel de energía que modifican la meteorología de su entorno, generando fenómenos convectivos.

 

Fotografía de Efemerides Meteorológicas Canarias desde la circunvalación de Las Palmas de GC

 

El primer incendio comenzó el día 10 de agosto. La negligencia de un soldador en la zona de Juncalillo, genera un incendio que afectó a cinco municipios, alcanzando el entorno del Patrimonio Mundial y obliga a desalojar barrios de Tejeda y Gáldar.

Especial atención merece la meteorología en este primer evento que afectó a 24 kilómetros de perímetros del corazón de la isla. Tras una noche de lucha, con rachas de viento alrededor de los 80 km/h (aviso amarillo por viento), se procedió a la evacuación de caseríos de los municipios afectados (la práctica totalidad de los vecinos del municipio de Tejeda fueron desalojados por precaución). Los esfuerzos de centran en el control del fuego en los bordes de la cuenca de La Aldea-Tejeda, para que no se alcancen las vertientes del oeste y del sur, para evitar las muy probables trágicas consecuencias (Inagua y Tamadaba). Los vientos anabáticos nocturnos generados por el relieve, así como el sinóptico de alisio fuerte, desorientaba tremendamente a los técnicos.

Angel Medina (Agencia EFE). Villa de Moya

 

 

Los siguientes días, el suelo está tan seco que fácilmente se reactiva el fuego, con la ayuda de los vientos y de la fuerte insolación. El día 14 se decreta el aviso naranja por altas temperaturas. Un hándicap terrible, la llegada de un episodio cálido del este hizo temer un desastre mayor.

Mientras en la zona de los altos de Telde, un desolador fuego negligente se desplaza imparable hacia el barranco de Guayadeque y obliga a desalojar el caserío de La Pasadilla. La indignación popular va creciendo. Afortunadamente fue controlado rápidamente.

El 16 de agosto, 41’1ºC es el valor de temperatura máxima que alcanzó la estación de la Aemet, situada en el hotel Las Tirajanas (San Bartolomé de Tirajana), cerca de la capital municipal y a 900 metros de altitud. Destacada fue también la noche tropical sufrida por los habitantes del “corazón” de Gran Canaria. En el pueblo de Tejeda durante todo el día la temperatura no descendió de 30ºC. ¡Insufrible!

Con el incendio de Artenara ya controlado y con temperaturas superiores a 35ºC en la zona y una advección seca sahariana abrasando las islas, se inicia en el Barranco de Crespo, en Valleseco, el peor de los tres incendios. Se inició en una línea eléctrica privada sin el adecuado mantenimiento, cuya propietaria, la Heredad de Aguas de Firgas y Arucas, había desoído hasta tres advertencias sobre el riesgo de incendio que comportaba. el Ministerio Público relata que el incendio forestal obligó a movilizar el mayor despliegue de emergencias jamás organizado en las islas. El fuego se declaró a las 15:45 horas del 17 de agosto de 2019, cerca de la localidad de Valsendero.

El día 18 de agosto, nos espera una noche triste, desoladora y con el corazón en un puño. Las Montañas Sagradas de Gran Canaria vuelven a arder en menos de una semana. Un calamitoso desastre medioambiental que acaba con el pulmón verde de la isla.

La noche fue eso. Un Infierno. Se desalojaron diversos núcleos de La Caldera de Tejeda, caseríos del Valle de Agaete, El Risco de Agaete y la capital municipal de Valleseco.

Estamos ante un tipo de incendio que los técnicos denominan «hambriento» o «convectivo», de ahí esas grandes columnas de humo llamados pirocúmulos, cuyo origen es similar a las nubes de tormentas y que hemos visto desde cualquier punto de la isla. Las llamas alcanzan los 50 metros. Es el tipo de incendio más temido por los equipos de emergencias.

Pirocúmulo desde Sardina encima del Pinar de Tamadaba. Magnífica toma de Yesse

 

El día 20 Los esfuerzos se centran en el cauce del valle de La Aldea-Tejeda, para evitar que el fuego entre en el otro gran pinar de la isla: la reserva de Inagua, ya en la vertiente sur de la isla. Esto sería la culminación de un desastre medioambiental sin precedentes. El caserío de Ayacata, en la mitad sur de la isla, ha sido evacuado. Esperábamos a que la bajada térmica y el aumento de humedad que ya estaba proporcionando el alisio, ayudara al control del incendio.

El día 23 de agosto, todo hace pensar que pronto el incendio quedará estabilizado, para posteriormente darlo por controlado. Las llamas, que han afectado a diez municipios, están “dentro de unas líneas de control”, lo que permite el retorno a casa de la casi totalidad de los desplazados.

Federico Grillo declara “Este fuego era un toro bravo que salió a la plaza para dar cornadas a todo. Había que esperar a que perdiera fuerza para poder atajarlo”. Se deja que las llamas pasen Tamadaba de forma controlada, afectando al 30 por ciento del parque.

El 26 de agosto, los expertos no detectan focos de calor, con lo que los servicios de emergencia rebajan el nivel de peligro. La lluvia y los truenos que sorprendieron a Gran Canaria, ayudaron a mejorar antes las condiciones. El incendio de Artenara queda extinguido 15 días después.

 

Especial atención a la valentía y buen hacer de los vecinos de Artenara. El pueblo cumbrero se salvó por muy poco de ser devorado por las llamas el día 18. Se desaloja el casco. Cuarenta lugareños se refugiaron en el centro cultural, esperando ayuda, y observando las llamas en las mismas ventanas del edificio. Artenara estaba en ese momento rodeado por un fuego terrible. Y así, miles de historias de grancanarios que abandonaron sus tierras y viviendas y se las encontraron al regresar, carbonizadas, en una operación de desalojo vecinal que sería la mayor que se recuerda en la isla.

Los hidroaviones en los cielos de la isla eran aplaudidos por el pueblo, nace un ídolo, Federico Grillo. La isla aparece en todas las portadas de los rotativos internacionales y los équipos de emergencias, seguridad y vigilancia que se le veían llorar de impotencia, ahora empiezan a sonreir.

 

 

Imagen de la isla de Gran Canaria tomada desde la Estación Espacial Internacional el 18 de agosto de 2019, a las 16:34 UTC. En ella se pueden apreciar las grandes columnas de humo de los incendios forestales que han afectado a la isla durante los últimos días. Al momento de tomarse la imagen, la ISS se encontraba ubicada sobre el océano Atlántico cerca de la costa norte de la isla de Madeira.

Esta imagen y lo que los grancanarios vimos esos días, demuestra el carácter convectivo del incendio. El pirocúmulo de la imagen se desplazó hacia el sur de la isla y generó una lluvia de ceniza en localidades de la costa sur de la isla.

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